Los parásitos son frecuentes en la naturaleza por lo que no es extraño que las personas que tienen mascotas pueden sufrir algún tipo de contagio. La forma de evitarlo es mantener unos hábitos de higiene adecuados y cumplir a rajatabla con los programas de desparasitación, aunque si deseas saber aquí tienes unos consejos útiles que evitan la transmisión de parásitos.
¿Qué pasa cuando los parásitos de un perro se le pegan a un humano?
Muchas personas tienen un contacto muy estrecho con sus perros y en este sentido hay que tener en cuenta que estos animales mantienen sus instintos naturales de exploración, lo que les lleva a olfatear cualquier objeto o rastro que podría estar contaminado con algún tipo de patógeno.
Por otro lado, en sus salidas los perros también pueden entrar en contacto con insectos y con diferentes parásitos, internos y externos, de ahí que la prevención y las pautas de higiene sean cuestiones obligatorias en todas las épocas del año, especialmente en primavera y verano.
El objetivo es asegurar la salud y el bienestar, tanto de los propios perros como de las personas y familias con las que conviven.
Parásitos comunes a perros y humanos
Un parásito es un organismo que habita a expensas de un ser vivo, que se alimenta de los nutrientes que produce o genera su huéspedy que por regla general le acaba provocando algún tipo de enfermedad.
Todos los parásitos se engloban en un grupo muy amplio de patógenos, donde estarían los de formato microscópico, como es el caso de parásitos intestinales, hasta los grandes ectoparásitos.
Algunos de estos parásitos pueden calificarse como “especie-específicos”, dado que su ciclo de vida requiere que el animal parasitado sea de una especie en concreto. Por el contrario, otros parásitos tienen un ciclo de vida más complejo y necesitan habitar diferentes huéspedes intermedios antes de finalizar su ciclo en un huésped definitivo.
Finalmente, hay un tercer grupo de parásitos que podemos calificar como poco específicos y que pueden parasitar a diferentes especies animales.
Precisamente son estos dos últimos grupos de parásitos los que pueden llegar a causar daños a la salud de las personas, de forma especial los “poco específicos”, ya que el contagio puede producirse de forma accidental y aunque no se conviva de forma directa con un perro.
Un simple contacto con un animal portador o con un objeto contaminado pueden hacer que el parásito entre en el organismo llegando a provocar una enfermedad.
A través de la saliva los parásitos intestinales (lombrices) son los que más frecuentemente provocan contagios de perros a personas. Los gusanos redondos (nematodos) suelen causar cuadros digestivos, mientras que los gusanos planos (cestodos) pueden causar, como sucede con las tenias, el quiste hidatídico en diversos órganos.
Por otra parte, parásitos externos como pulgas y garrapatas también pueden transmitir virus y bacterias a través de sus picaduras, mientras que los ácaros y los piojos no tienen suficiente capacidad de parasitar a las personas, pero sí de provocar reacciones cutáneas por contacto.
Cómo prevenir los contagios
No es aconsejable dejar que los perros nos laman cerca de la boca, sobre todo a los niños, porque esta es la forma más habitual de contagio de los parásitos intestinales.
Por otra parte, las mujeres embarazadas deben tener en cuenta que los nemátodos se pueden transmitir al feto por vía placentaria y en el caso de bebés lactantes a través de la leche materna.
Por lo tanto una correcta higiene y una pauta adecuada de prevención de las parasitosis hacen que la posibilidad de sufrir contagios de este tipo sea mínima. De hecho la mayor parte de las parasitosis en humanos tienen en su origen el consumo de carne y pescado mal cocinado, verduras mal lavadas y una insuficiente higiene, especialmente en los niños.
Los lavados de manos con agua y jabón deben ser algo habitual en aquellas personas que tienen mascotas, sobre todo antes de las comidas, y no es necesario utilizar productos desinfectantes.
Por otro lado, en perros que pasean por zonas con una alta densidad de animales la limpieza de patas y hocico al llegar a casa sirve para reducir la incidencia de enfermedades contagiosas. También es básico limpiar y desinfectar de forma rutinaria las camas, comederos, bebederos y correas, para evitar que actúen como vehículos de los parásitos.
Finalmente, la medicina preventiva veterinaria tiene un papel fundamental en la salud de las personas. Debemos seguir una pauta de desparasitaciones internas y externas periódicas, así como realizar analíticas ante la aparición de síntomas compatibles con infestaciones por parásitos.
Esto es algo de gran importancia en hogares donde viven niños pequeños, ancianos y personas inmunodeprimidas.
¿Cómo saber si una persona tiene parásitos?
Mediante pruebas que lo certifiquen. Los síntomas principales de padecer un párasito intestinal son algunos de los siguientes:
- Diarrea que dura más de unos días.
- Dolor abdominal.
- Sangre o moco en las heces.
- Náuseas y vómitos.
- Gases.
- Fiebre.
- Bajar de peso de manera desproporcionada en poco tiempo.
Que hago si mi hijo tuvo contacto de saliva con un perro que murió de parásitos