La pododermatitis felina es una enfermedad que provoca serias molestias a nuestros gatos. La aparición de síntomas como hinchazón, grietas o úlceras, en las almohadillas son en muchos casos tan graves que impiden al animal caminar con normalidad, siendo necesaria una visita al veterinario y un tratamiento de larga duración para su correcta recuperación.

Las patas juegan un papel muy importante en la vida de los gatos y dentro de estas extremidades las almohadillas son elementos fundamentales. Gracias a ellas pueden amortiguar los impactos en los saltos, dejar un rastro de olor y regular su temperatura corporal, de ahí que de forma rutinaria debamos realizar revisiones de patas cada dos o tres semanas con el fin de prevenir posibles problemas.
Siempre se ha dicho que los gatos son animales muy independientes y que no precisan de gran atención y mantenimiento, aunque desde un punto de vista veterinario los gatos sí requieren cuidados específicos y que realicemos revisiones rutinarias con el objetivo de prevenir o advertir de forma temprana posibles problemas de salud.
En este sentido, si observamos que nuestros gatos se lamen mucho las patas es muy probable que la explicación sea la existencia de alguna pequeña herida o infección en las almohadillas que le está causando molestias al animal. Es importante tener en cuenta que para efectuar las curas de este tipo de lesiones leves siempre emplearemos antisépticos diluidos en agua al 50%.
Otro factor a saber es que el color de las almohadillas viene determinado por la melanina, que es el pigmento que da color al pelaje de los gatos, de forma que las almohadillas sonrosadas tan sólo se dan en los gatos blancos. Por regla general el color de las almohadillas tienden a ser el mismo que el de su nariz.
Almohadillas de los gatos
En primer lugar, el término “oficial” para las almohadillas de los gatos es el de almohadillas digitales, puesto que los dígitos son los dedos. Los gatos tienen cuatro almohadillas en cada pata trasera, y cinco en las delanteras, dos de las cuales son espolones.
Esto hace un total de 18 dedos y 18 almohadillas, a menos que nuestro gato sea polidáctil. Por cuestiones genéticas los gatos polidáctilos, también conocidos como “gatos Hemingway”, tienen un número superior de dedos y por tanto un mayor número de almohadillas.

Por otra parte, las almohadillas más grandes (metacarpianas -delanteras- y metatarsianas -traseras-) son las que juegan un papel fundamental a la hora de amortiguar el peso del animal cuando salta y salvaguardar los huesos, músculos y cartílagos de las patas.
Además, las almohadillas les sirven a los gatos para recibir información del territorio en el que se mueven y para dejar un rastro de olor a su paso, ya que en ellas poseen glándulas odoríferas.
Cómo cuidar las patas de mi gato
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- Almohadillas. Son una parte muy importante de la anatomía de los gatos y tienen una gran influencia en su vida diaria porque, entre otras cosas, les ayudan a regular su temperatura corporal, ya que las almohadillas son la única zona por la que estos animales pueden sudar, aunque dada su pequeña superficie su capacidad para evacuar el exceso de calor es muy reducida. La revisión de las patas y de las almohadillas suele requerir algo de experiencia por nuestra parte, puesto que los gatos suelen ser muy reacios a este tipo de operaciones y porque se trata de una zona muy sensible y con un gran número de terminaciones nerviosas. Lo recomendable es que de forma rutinaria realicemos esta operación cada dos o tres semanas. Por otro lado, la piel de las almohadillas debe estar lisa, tener un color adecuado y en ningún caso presentará suciedad, lesiones, heridas o sequedad. Si esto sucede aplicaremos el tratamiento adecuado y en el caso de falta de hidratación la solución al problema será utilizar un producto hidratante durante varios días. Es importante que después de limpiar las almohadillas nos cercioremos de que quedan bien secas, puesto que la presencia de humedad puede facilitar la aparición de hongos o provocar problemas cutáneos como es el caso de la pododermatitis o “pie de almohada”. Se trata de un trastorno causado por una respuesta hiperactiva del sistema inmunitario, que envía células plasmáticas provocando la hinchazón de la pata afectada. Este problema requiere de tratamiento veterinario. Por último, hay que tener en cuenta que en las operaciones de limpieza no utilizaremos las populares toallitas de bebé, dado que sus componentes pueden no ser saludables para nuestros gatos.
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- Uñas. Para comprobar el estado de las uñas es necesario presionar las almohadillas como si se tratara de un botón. En caso necesario procederemos a recortarlas, siempre teniendo cuidado de no alcanzar las venas que recorren su interior. Si no confiamos en nuestras capacidades es mejor que para realizar esta operación acudamos al veterinario.

¿Qué es la pododermatitis?
La pododermatitis felina, también llamada pododermatitis de células plasmáticas (PCP), es una enfermedad hasta hace unos años poco conocida pero que cada vez se da con más frecuencia entre los felinos domésticos.
En los animales afectados de PCP los dueños de gatos suelen observar cómo sus gatos comienzan a caminar de forma extraña, llegando incluso a dejar de moverse. Este comportamiento puede deberse a la pododermatitis felina, una inflamación de las almohadillas de una o de varias patas.
En un primer estadio suele observarse esta zona algo hinchada, enrojecida y caliente, para posteriormente comenzar a aparecer costras y grietas que profundizan con el paso de los días. Al menos una cuarta parte de los animales que padecen PCP suelen sufrir úlceras y heridas abiertas bastante molestas.
¿Qué causa la pododermatitis en gatos?
El origen de esta enfermedad no está claro. Aunque inicialmente se relacionó con los virus de la leucemia y de la inmunodeficiencia felinas, los estudios no han podido probarlo, ya que muchos de los animales que sufren pododermatitis felina no padecen ninguna de estas dos enfermedades infecciosas.
Otra de las causas que se barajan son problemas alérgicos, ya que esta patología suele tener carácter estacional mostrando sintomatología similar al complejo granuloma eosinofílico. También se ha asociado con problemas infecciosos por responder al uso de antibióticos.
Dado que no existe una edad concreta de aparición, habiendo casos de animales entre los 6 meses y los 15 años, ante la presencia de una cojera debemos revisar siempre las patas de nuestro gato y acudir al veterinario si observamos cualquier alteración, por leve que sea.

¿Qué son las almohadillas de los gatos?
En la consulta el especialista hará una revisión general para detectar otras posibles lesiones que puedan aclarar el cuadro. Si se sospecha de una pododermatitis PCP la única forma de confirmar el diagnóstico es mediante una citología o biopsia, donde observaremos gran cantidad de células plasmáticas.
¿Cómo curar la almohadilla de la pata de un gato?
Este trastorno suele tratarse con doxiciclina durante al menos un mes, alargándose el periodo hasta los tres meses para lograr la recuperación completa. En aquellos gatos que lo requieren pueden usarse también corticoides para bajar la inflamación y aliviar las molestias e incluso fármacos moduladores del sistema inmune.
El pequeño porcentaje de felinos que no responden al tratamiento médico son candidatos a la cirugía, obteniendo buenos resultados en la mayoría de ellos.

Mi gato tiene una halmadilla de la pata inflamada quedo hacer