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Parvovirus – Todo sobre la enfermedad en cachorros

El parvovirus es una patología canina que ataca al intestino de los cachorros impidiendo la reposición de las células intestinales. Los síntomas generales de esta enfermedad son vómitos, acompañados de diarreas sanguinolentas, decaimiento y debilidad. El cuadro que provoca el parvovirus impide que el organismo pueda absorber los nutrientes, desencadenando una deshidratación y desnutrición que puede llegar provocar la muerte del animal.

La venta de cachorros ha crecido de forma importante en los últimos años. Algunos compradores recurren a criadores especializados, donde las medidas sanitarias son muy estrictas, ya que suelen tener pocos cachorros y hacen una cría más selectiva, pero por el contrario otros buscan rapidez en la entrega y precio bajo, lo que les hace acudir a tiendas y criaderos multiraza donde se acumulan decenas de cachorros.

La alta densidad de animales, unido al estrés que sufren tras ser separados de sus madres y hermanos y llegar a un sitio totalmente desconocido -muchos de ellos desde otras provincias o países- crean un caldo de cultivo perfecto para la expansión del parvovirus.

Este tema se ha vuelto de actualidad tras la aparición de un reportaje televisivo que denuncia las penosas condiciones en las que viven muchos cachorros, que tras la venta acaban desarrollando la enfermedad en los primeros días de estancia en sus nuevos hogares, precisando un tratamiento de alto coste y que aún así puede finalizar con la muerte del animal.

Qué es el parvovirus

El parvovirus canino, virus causante de la parvovirosis, es un patógeno de tamaño muy pequeño que se elimina a través de las heces y que una vez en el exterior se adhiere a las superficies cercanas pudiendo sobrevivir durante meses aguantando, incluso, todo tipo de temperaturas.

Para su eliminación es necesaria una limpieza profunda y la desinfección con productos específicos, como es el caso de la lejía, capaces de eliminar el virus. Es precisamente esta capacidad de resistencia la que provoca que el parvovirus sea difícilmente eliminado.

De esta forma los animales pueden contagiarse por contacto directo con las heces infectadas, aunque también por contacto con restos de pelo o con objetos o superficies contaminados. Incluso se ha detectado transmisión a través de vectores como roedores y por vía intrauterina de una hembra preñada a sus cachorros.

Los animales más afectados por la enfermedad son los cachorros de corta edad que tienen un sistema inmunitario inmaduro incapaz de destruir al virus. La edad más habitual de contagio son las primeras cuatro semanas de vida, aunque pueden darse casos de infecciones hasta los tres meses de edad.

También se han visto casos de ciertas cepas capaces de hacer enfermar a individuos adultos, incluso estando vacunados y en este sentidose ha observado una especial sensibilidad al virus de algunas razas, como es el caso del rottweiler, que además de contagiarse con mayor facilidad tiende a desarrollar cuadros más graves de la enfermedad.

Cómo se desarrolla la infección

Cuando el virus se introduce en el cuerpo de un animal su objetivo es llegar al intestino y a partir de ahí diseminarse. Por ello existe un periodo de incubación desde que se produce la infección hasta que aparecen los primeros síntomas, que en el parvovirus es de entre cinco y catorce días.

Una vez que el virus se extiende comienza a destruir las células intestinales de recambio, es decir, aquellas células que deben sustituir a las de la superficie del intestino cuando estas envejecen para permitir que los nutrientes se absorban correctamente.

Sin esta capa intestinal activa el perro no es capaz de nutrirse, apareciendo entonces los síntomas típicos de la parvovirosis. Por otro lado, los vasos sanguíneos quedan expuestos, pudiendo aparecer hemorragias e infecciones secundarias.

En los casos más graves la mucosa intestinal queda tan dañada que algunas bacterias digestivas pueden pasar a la sangre, pudiendo dar síntomas graves si alcanza otros órganos como el corazón, los pulmones o el sistema nervioso. A pesar de estas excepciones la mayoría de cachorros sufren cuadros exclusivamente digestivos.

Síntomas del parvovirus

Los síntomas clásicos de la enfermedad son vómitos frecuentes -pueden no tolerar comida ni agua-, diarreas mucosas y sanguinolentas con un olor intenso, decaimiento, falta de apetito, fiebre, debilidad…

En algunos animales pueden ser más intensos que en otros y pueden aparecer todos los síntomas o sólo algunos de ellos. Debido a la pérdida de líquidos y la anorexia los perros suelen deshidratarse, lo que también puede tener consecuencias como falta de riego en los riñones o el cerebro.

Actualmente no existen tratamientos específicos para eliminar el virus, por lo que la terapia en animales enfermos se basa en terapia de soporte con suero intravenoso y alimentación forzada, antibióticos preventivos que tratan de evitar infecciones bacterianas secundarias, analgésicos, etc.

A pesar de los grandes avances en el tratamiento la parvovirosis sigue siendo una enfermedad grave con un pronóstico reservado y una supervivencia en torno al 50%, que suele disminuir en cachorros menores de seis semanas sin ninguna vacuna y especialmente en aquellos de razas pequeñas dado su bajo peso.

Por suerte desde hace años contamos con vacunas altamente eficaces que pueden comenzar a administrarse de forma segura desde los 45 días de vida. Es básico recordar que se requieren entre dos y cuatro dosis durante la etapa de cachorro -tiempo durante el cual no deben contactar con perros o lugares no higienizados- y recuerdos anuales a lo largo de la edad adulta.

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