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La mirada triste de los perros: ¿Por qué no podemos resistirnos a ella?

A todos los propietarios de perros les ha pasado más de una vez tener que sucumbir a una mirada triste y enternecedora de sus canes. Un levantamiento de cejas poniendo ‘ojos de cachorro’ que siempre nos enternece y que tiene una explicación.

MIRADA TRISTE DE CACHORRO

La humanidad que reside en las personas nos hace tarea imposible resistirnos a la mirada triste que en ocasiones nos lanzan los perros cuando quieren algo de nosotros. Un gesto que han desarrollado a través de un músculo con el que levantan sus cejas gracias a la domesticación provocada en ellos por la respuesta afectiva y emotiva de sus dueños.

La ternura que desprenden nuestros mejores amigos peludos cuando nos miran así provoca que reaccionemos inevitablemente abrazándoles y ofreciéndoles el cariño y afecto que parece que nos solicitan. Pues no se trata de una particularidad creada al azar. Según una reciente investigación realizada en Estados Unidos, los ‘ojos de cachorro’ son fruto de un desarrollo en los músculos faciales que los canes han ido obteniendo gracias a los años de convivencia con los humanos, lo que ha permitido que obtengan nuevas capacidades cognitivas que otras especies no poseen.

MIRADA TRISTE DE PERRO

El proyecto ha comparado la anatomía y el comportamiento de los lobos con el de los perros, desvelando los resultados un cambio en la anatomía facial de los canes que se ha producido a lo largo de sus años de existencia por su vínculo con el ser humano, lo que les permite una mejor comunicación. Un músculo pequeño con el que elevan su ceja y que los lobos no poseen, siendo una de las pocas diferencias existentes entre ambas musculaturas faciales de las dos especies. La única raza canina que no presenta esta particularidad sería el husky siberiano, puesto que es una de las más antiguas.

Esta elevación en la ceja desencadena una respuesta en los humanos prácticamente automática que aumenta su deseo de protección y cuidados sobre su mascota. Sus ojos aumentan su tamaño, otorgándose un aspecto triste y similar a los de un bebé, a lo que nosotros no podemos resistir sin remedio a darles una respuesta cariñosa.

OJOS DE PERRO Y LOBO

Según la investigación encabezada por Juliane Kaminski, psicóloga en la Universidad de Portsmouth, la musculatura facial de los lobos contiene fibras escasas e irregulares, lo que les aporta menos expresividad, a diferencia de los perros.

El vínculo creado entre humano y perro genera pues esa respuesta por parte de nosotros cuando presenciamos tal gesto en nuestros animales de compañía, y además nos ilusiona ver en ellos una comunicación similar a la nuestra cuando utilizan esa expresión.

Kaminski asegura también que estas cejas expresivas “pueden ser resultado de las preferencias inconscientes de humanos que influyeron en la selección durante la domesticación“. Y es que cuando los perros miran así a los humanos, “parecen provocar un fuerte deseo en los humanos de cuidarlos. Esto daría a los perros una ventaja selectiva sobre otros y refuerzan el rasgo ‘ojos de cachorro’ para futuras generaciones“, señala.

De hecho, la psicóloga apunta también que el movimiento de cejas es más común en los perros cuando los humanos les miran, por lo que podría concluirse que se trata de un gesto voluntario por parte de las mascotas.

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