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Gatos en el Antiguo Egipto: Los faraones entre las mascotas

Los habitantes del Antiguo Egipto compartían sus vidas con tres tipos de mascotas: perros, monos y gatos. Los perros eran los compañeros más fieles, ese era su principal valor, pero los gatos eran los animales preferidos por los faraones egipcios al estar íntimamente relacionados con algunas de sus principales deidades, lo que explica los miles de gatos momificados que han aparecido en los monumentos mortuorios de los faraones.

¿Cómo llamaban los egipcios a los gatos?

En los hogares y palacios del Antiguo Egipto había tres tipos de mascotas domésticas: perros, monos y gatos. En el imaginario de los egipcios el perro (“iu”) era el compañero más fiel y por esta razón los artistas pintaban perros en las tumbas mortuorias de los faraones y de los cargos más importantes de su gobierno.

¿Qué significado tienen los gatos para los egipcios?

En sus momentos de ocio los faraones acostumbraban a ir de caza con sus imponentes lebreros, perros cuyo tamaño, fuerza, valor y ferocidad, les permitía cazar todo tipo de animales, incluidos leones, leopardos y cocodrilos. Pero curiosamente en las pinturas egipcias nunca aparece una persona acariciando o jugando con un perro. ¿Cuál es la razón?

¿Por qué eran adorados los gatos por los egipcios?

Para los expertos la explicación es que en el universo del Antiguo Egipto los gatos (“miu”) eran los auténticos faraones del reino animal y por lo tanto sus mascotas preferidas. Para los egipcios todos los felinos eran seres que tenían una relación directa con su principal dios -Ra- y, además, en su particular mitología los gatos eran la personificación en la tierra de la diosa Bastet, una deidad que representaba el amor, la armonía, la fecundidad y la protección.

Todos los gatos que convivieron como mascotas en el Antiguo Egipto derivaban de tres razas felinas diferentes y que fueron domesticadas alrededor del 2.400 a.C.: gato serval, gato de los pantanos y gato salvaje africano, este último muy similar al actual gato abisinio.

Fue tanta la importancia de los gatos en aquella época de nuestra historia, que era habitual que los especialistas en momificación realizaran también este procedimiento en estos animalescon el fin de enterrarlos junto a sus dueños.

figura de un gato en el Antiguo Egipto

En este sentido cuenta la historia que el príncipe egipcio Tumotsis mandó construir un sarcófago ricamente ornamentado para su gata Tamit, que tenía la consideración de princesa de su palacio.

Un buen ejemplo de la adoración que existía por los gatos en el Antiguo Egipto, es el hecho de que cuando los ingleses ejercieron su control militar sobre este país “saquearon” miles de esqueletos de gatos momificados -se dice que hasta 300.000- con el fin de convertirlos en abono para los campos británicos.

¿Cuál era el castigo por matar un gato en Egipto?

Era tal la estima en el Antiguo Egipto por el animal felino que se consideraba mucho más grave matar a un gato que a un humano. Si el asesinado era el felino, la pena era la condena a muerte, aunque hubiera sido en un descuido o sin querer hacerle daño.

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