
En las personas los problemas de artritis y artrosis suelen comenzar a partir de edades senior, mientras que en el caso de los perros este tipo de trastornos óseos pueden comenzar y afectar a ejemplares de cualquier edad y tamaño. Se calcula que la Osteoartritis afecta a un 25% de la población canina y que su aparición está relacionada con factores genéticos.
Desde un punto de vista veterinario la Osteoartritis (OA) es una patología de carácter degenerativo que se origina en las articulaciones sinoviales de los perros, aunque su aparición también puede tener un carácter secundario y producirse a partir de otro tipo de trastornos óseo musculares.
Como todo el mundo sabe los síntomas de las patologías óseas se agudizan en el invierno debido a las bajas temperaturas, de ahí que en el caso de perros con OA se aconseja que los paseos y salidas al exterior se realicen en las horas de menos frío y con las zonas afectadas suficientemente protegidas.
Qué tenemos que saber de la OA
Lo primero que hay que saber de la Osteoartritis (OA) es que se trata de una enfermedad irreversible que empeora con el paso del tiempo, impidiendo que los perros afectados puedan realizar con normalidad sus actividades habituales.
La OA suele aparecer en perros adultos y senior, pero de forma extraordinaria también puede detectarse en perros más jóvenes, razón por la cual debemos prestar mucha atención a la movilidad de nuestras mascotas con el fin de detectar cualquier comportamiento que pueda parecernos extraño.

Desde un punto de vista anatómico la OA se caracteriza por la pérdida de cartílago articular, el engrosamiento de la cápsula articular y la formación de hueso alrededor de la articulación, lo que provoca dolor y disfunción en la extremidad afectada.
Dado su carácter degenerativo es importante la detección de la OA en fases tempranas, con el objetivo de que los veterinarios puedan realizar un diagnóstico precoz y establecer un tratamiento que ralentice el deterioro de la movilidad y asegure por más tiempo la calidad de vida de nuestro perro.
Atención a la pérdida de movilidad
Todas las patologías y trastornos óseos evolucionan con dolor, síntoma que a medida que la enfermedad avanza tiende a volverse crónico e incapacitante en mayor grado, de ahí que un tratamiento precoz de esta enfermedad sea la mejor forma de prevención.
Por otra parte, el problema de la Osteoartritis (OA) es que en sus etapas iniciales la sensación de dolor suele ser débil y por lo tanto difícilmente perceptible en los perros que la sufren.
¿Qué síntomas tienen que llamarnos la atención y ponernos en alerta?
Por ejemplo, sí al subirse al sofá, a una butaca o a la cama, nuestro perro muestra dificultades para levantarse sobre sus patas traseras. También es muy significativo que un perro con OA se levante muy rígido y que necesite «calentar» durante un espacio de tiempo antes de conseguir moverse.
- Bajar escaleras. Otro síntoma muy habitual en perros que sufren OA es su negativa a bajar escaleras o pendientes muy pronunciadas. Cuando no tienen más remedio que hacerlo lo harán moviéndose despacio y con titubeos con el fin de amortiguar el dolor. En ningún caso debemos obligarles a realizar una maniobra que les desagrada.
- En parado. Los perros que sufren OA tienen problemas para permanecer en posición de parados, porque en poco tiempo el dolor hará que levanten las patas afectadas con el fin de reducir la carga/peso que soportan, prefiriendo permanecer sentados.
- Movimientos lentos. Cualquier perro con problemas articulares se mueve con mayor lentitud y probablemente tras los esfuerzos muestre síntomas claros de cojera, que aunque sean leves o de carácter intermitente no deben dejar de preocuparnos.
- Mal descanso. El dolor provocado por la OA hace que los perros duerman intranquilos y descansen mal. Esta inquietud se debe a que el animal busca cambiar de posición y moverse con el fin de encontrar alivio.

Cómo se trata la OA
Desde un punto de vista farmacológico el tratamiento de la Osteoartritis (OA) incluye el uso de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos para el tratamiento del dolor, aunque también es muy importante actuar sobre la dieta para impedir que los perros afectados sufran de sobrepeso, una circunstancia que contribuirá a dificultar los movimientos y agravará los síntomas de la OA. Desde el punto de vista de las terapias alternativas también pueden ser interesantes los tratamientos de acupuntura, terapia con láser y otras modalidades de rehabilitación. En perros que sufren OA la natación y las técnicas de hidroterapia son fundamentales para mantener y desarrollar la musculatura y mejorar la flexibilidad articular, ya que en su caso los ejercicios de alto impacto están desaconsejados.
