En primavera nuestras mascotas también pueden mostrar hipersensibilidad al polen de las plantas y desarrollar con ello una sintomatología específica de tipo cutáneo, respiratorio y digestivo. Uno de cada siete perros sufre de alergia primaveral y conocer los síntomas pude ayudarnos a evitar o al menos reducir los efectos de esta patología estacional.
En la estación primaveral y principalmente en el mes de mayo la floración de un gran número de especies vegetales convierte en protagonistas a las alergias al polen. Y es precisamente en este periodo del calendario cuando nuestras mascotas pueden presentar cuadros alérgicos de carácter estacional.
Los especialistas calculan que uno de cada siete perros sufre en primavera los síntomas de la alergia al polen, y hablando de las razas caninas más propensas a sufrir esta hipersensibilidad inmunológica tenemos que citar a labradores, bulldog francés o shar pei. En la mayor parte de las ocasiones se trata de ejemplares mayores de un año.
¿Cómo puedo saber si mi perro es alérgico?
Los trastornos alérgicos pueden aparecer en todas las mascotas, pero entre los animales de compañía los perros suelen ser los más afectados. El papel del veterinario será analizar las lesiones cutáneas, desechar la presencia de parásitos, bacterias y hongos y comprobar si la alergia es de tipo alimentario o ambiental. Una vez realizado el diagnóstico quedará por establecer un tratamiento adecuado.
Con la llegada de la primavera cobran mayor protagonismo los trastornos alérgicos y probablemente en esta estación del año los propietarios de mascotas se hagan una misma pregunta: ¿Las mascotas también pueden sufrir alergias?
La respuesta es muy sencilla: Sí. Todos los animales pueden sufrir trastornos alérgicos, aunque se trata de una patología que tiene una presencia más habitual y frecuente en los animales mamíferos -con un organismo más complejo- y a nivel de mascotas principalmente en los perros, que por regla general suelen estar más expuestos que otros animales de compañía a los agentes externos.
El tratamiento de un perro alérgico siempre tiene carácter individual y se desarrolla en función de los síntomas, pasando en primer lugar por evitar aquello que es origen de la alergia y después por la administración de fármacos que aminoren las molestias, junto a la posibilidad de que los especialistas opten por la aplicación de vacunas.
Por otra parte, desde un punto de vista alimenticio los suplementos dietéticos que contienen ácidos grados Omega 3 y 6 siempre son interesantes de administrar, porque está probado que sirven para restablecer y revitalizar la protección cutánea.
¿Qué es un alergia?
Desde un punto de vista veterinario -y también médico- la alergia es una reacción de hipersensibilidad producida por el sistema inmunológico, que ante determinadas sustancias que se encuentran en el entorno y que deberían ser toleradas sin mayor problema, reacciona de forma anormal produciendo una gran cantidad de anticuerpos que son el origen de la alergia.
Los dos tipos de alergias más frecuentes son las alimentarias y las ambientales, y estas últimas pueden desencadenarse por contacto o por inhalación, causando lo que se denomina dermatitis atópica, un trastorno dermatológico que se caracteriza por producir picazón generalizada e inflamación de la piel.
Mientras que las alergias alimentarias tienen un desarrollo puntual y fácilmente evitable retirando de la dieta aquellos alimentos que resulten problemáticos, por el contrario las alergias ambientales tienen un carácter más crónico y requieren un tratamiento a largo plazo con el fin de aminorar la presencia de los síntomas y asegurar el bienestar del animal.
Cómo se diagnostica una alergia
Es frecuente que los perros alérgicos sufran de episodios de picazón en diferentes zonas del cuerpo, aunque en determinados casos los animales afectados por este trastorno tan sólo padecen problemas cronificados en los oídos (otitis) o en las patas, sin que existan otros síntomas en la piel.
La existencia de picazón provoca que los animales se rasquen, laman, arañen e incluso lleguen a morderse las zonas afectadas de forma compulsiva, produciéndose con ello inflamación, descamación cutánea, calvas e incluso lesiones de mayor importancia que pueden llegar a infectarse.
Si observamos en nuestro perro este tipo de comportamiento acudiremos rápidamente al veterinario para que pueda realizar un diagnóstico, desechando en primer lugar la presencia de parásitos, hongos y bacterias, que pueden producir síntomas similares a la alergia.
Una vez comprobado que no existen patógenos el especialista deberá dirimir si el trastorno alérgico es de tipo alimentario o ambiental, y para ello durante un periodo de ocho semanas se procederá a administrar una dieta controlada llamada de “eliminación”, que básicamente estará compuesta por nutrientes hipoalergénicos. Con esta dieta deberán desaparecer los síntomas alérgicos.
Para confirmar si el animal ha desarrollado una alergia de intolerancia alimentaria transcurridas las ocho semanas se realizará una “provocación”, que no es otra cosa que un regreso a la dieta anterior al tratamiento de eliminación. El objetivo del veterinario será provocar en el animal una reacción de hipersensibilidad que será la prueba de que la alergia alimentaria existe.
En caso contrario será necesario realizar análisis de sangre y pruebas cutáneas para detectar reacciones alérgicas a ácaros, polen, moho, epitelio de otros animales u otros elementos ambientales, con el fin de establecer un tratamiento adecuado.
Síntomas de la alergia primaveral en perros
Durante la primavera, especialmente en el mes de mayo, la floración de diversas especies vegetales desencadena alergias al polen en los perros. Los síntomas de la alergia primaveral pueden variar, pero generalmente se enmarcan en tres categorías:
Síntomas cutáneos:
- Picores: Los perros suelen rascarse, lamerse e incluso morderse el pelo en las zonas afectadas por la alergia para aliviar la sensación de picor. Esto puede causar enrojecimiento, irritación, erupciones, lesiones y calvas en áreas como las almohadillas, los espacios interdigitales, la parte interna de las orejas, la base de la cola y el abdomen.
Síntomas respiratorios:
- Estornudos: Los perros pueden experimentar estornudos debido a la presencia de polen en el ambiente, y también pueden presentar ronquidos si sus gargantas están inflamadas.
Síntomas oculares:
- Conjuntivitis: Es común que los perros presenten ojos enrojecidos acompañados de lagrimeo constante durante las alergias primaverales.
Síntomas digestivos:
- Diarreas y vómitos: En algunos casos, la alergia al polen puede afectar el sistema digestivo de los perros, provocando diarreas y vómitos. Estos síntomas suelen desaparecer a medida que la alergia remite, pero pueden ocasionar pérdida de apetito y peso en el animal.
¿Qué hacer si mi perro tiene alergia?
Evitar en un perro los efectos de la alergia primaveral es imposible, porque estos animales tienen que salir a diario y además gustan de correr por el césped de los jardines o por el campo, pero los propietarios si que podemos seguir algunos consejos con el fin de mitigar los síntomas.
Limpieza:
Después de cada paseo procederemos a limpiar dedos, almohadillas, orejas, ojos, etc., con el fin de retirar los restos de polen. También es aconsejable pasar una bayeta húmeda por todo el cuerpo con el objetivo de retirar los granos de polen que hayan podido quedar impregnados en el pelaje.
Si observamos que aparecen lesiones cutáneas acudiremos al veterinario y en cualquier caso utilizaremos en los baños champús y jabones dermatológicos para evitar agravar las lesiones.
Antiparasitarios:
Para evitar que las picaduras de parásitos como pulgas y garrapatas puedan sumarse al festival alérgico, en primavera es fundamental el uso de collares, pipetas y cualquier otro producto antiparasitario.
Y ante la aparición de cualquier síntoma acudiremos al veterinario para que sea el especialista quien valore el tratamiento a aplicar en cada caso.
Consulta al veterinario:
Si tu perro presenta síntomas de alergia primaveral, es importante programar una visita al veterinario. El veterinario realizará un diagnóstico preciso y recomendará el tratamiento más adecuado para tu mascota.
Puede ser necesario realizar pruebas adicionales, como análisis de sangre o pruebas de alergia, para identificar los desencadenantes específicos y elaborar un plan de manejo personalizado.
Cambios en la alimentación:
En algunos casos, los perros alérgicos pueden beneficiarse de una dieta específica para controlar los síntomas. Tu veterinario podrá orientarte sobre qué cambios dietéticos podrían ser apropiados para tu perro y si es necesario realizar alguna prueba de sensibilidad alimentaria.
Medidas adicionales:
Si los síntomas persisten o empeoran, el veterinario puede recomendar terapias complementarias, como el uso de antihistamínicos o corticosteroides para aliviar la inflamación y controlar los síntomas alérgicos.
Estos medicamentos deben ser prescritos y administrados bajo la supervisión del veterinario, ya que cada perro es único y requerirá un enfoque personalizado.
Recuerda que cada perro es diferente, por lo que es fundamental contar con el asesoramiento profesional de un veterinario para manejar adecuadamente la alergia primaveral. Siguiendo estas medidas, puedes ayudar a tu perro a sentirse más cómodo durante la temporada de primavera y minimizar los efectos de las alergias al polen en su bienestar general.