Uno de los principales problemas que nos transmiten los dueños de gatos a la hora de acudir a consulta es la dificultad para transportarlos hasta la clínica del veterinario. Aquí tienes las claves para que tu gato se estrese lo menos posible cuando es necesario llevarlo:
Como todos sabemos, los gatos son animales maravillosos, pero también son mascotas que se estresan con suma facilidad. Cualquier cambio en su entorno o en sus rutinas (desde cambiar parte del mobiliario del hogar hasta que nosotros mismos cambiemos de horario laboral y pasemos más o menos tiempo en casa) puede llegar a provocar reacciones desproporcionadas por su parte.
Esta es la razón de que muchos dueños de mascotas vean como un auténtico drama llevar a su gato al veterinario. Ya que en ocasiones puede suponer una tarea harto complicada y porque, además, por encima de todo, no queremos que nuestra mascota sufra. Pero claro está que no podemos desatender la salud de nuestro amig@ -o amig@s- felin@s. Aunque muchos acaban por posponer su visita al veterinario precisamente para evitar este tipo de problemas.

Hay que apuntar que, si eres de cliente de Mascota y Salud, la videoconsulta veterinaria, que es gratuita, puede ser una alternativa efectiva para evitar meter al gato en un trasportín. Sin embargo, antes o después, tendrás que acudir a consulta. Ya sea por vacunas, por la gravedad de su dolencia, o porque se trata de un problema que el veterinario no puede valorar a través de una pantalla o sin realizar determinadas pruebas. Sea como fuere, llegará el momento en que tendrás que llevar a tu gato al veterinario. Pues bien ¿cómo hacemos para que no sufra?
¿Cuándo se debe llevar un gato al veterinario?
La primera visita al veterinario debe llevarse a cabo a partir de las siete u ocho semanas para realizar los primeros controles. A los tres meses se inyectan las primeras vacunas y el refuerzo se aplica a los tres meses después.
¿Qué pasa si no llevas a tu gato al veterinario?
- Problemas de comportamiento, tales como el aislamiento social o agresividad.
- Enfermedades transmitidas por parásitos, como pulgas y garrapatas, pueden agravarse.

¿Cuánto cuesta llevar al gato al veterinario?
Por sólo 19 euros al año puedes llevar a tu gato a cualquiera de las clínicas que forman parte de nuestra red y beneficiarte de los precios baremados que puedes consultar en el listado de tarifas veterinarias.
Pero, si lo prefieres, puedes optar por nuestro servicio de veterinario a domicilio (únicamente disponible en la COMUNIDAD DE MADRID) para que no tengas que desplazarte con tu felino. Siendo cliente de cualquier producto de Mascota y Salud, recuerda que puedes concertar cita de VIDEOCONSULTA siempre que lo necesites.
Consulta todas las opciones de producto.
Te dejamos una serie de consejos infalibles para facilitar el transporte de tu gato al veterinario. Síguelos al pie de la letra, en la medida de lo posible, y verás como tu felino llevará mucho mejor este trance:

- Cuando vayas a salir hacia el veterinario tu gato ya debería estar dentro de su transportín, totalmente relajado.
- Para conseguir que se meta dentro, antes de salir de casa, deja el transportín abierto por todas partes con comida, juguetes, una manta con el olor del gato o el tuyo propio.
- Debes optar por un transportín con apertura delantera y superior. De esta forma el veterinario podrá examinar a nuestro gato sin tener que sacarle de su transportín, que para él funcionará como un área de seguridad en la que sentirse más seguro al haber sido llevado a un lugar extraño con personas que no conoce.
- Para reducir la ansiedad de nuestro gato cuando vamos al veterinario puedes ayudarte de feromonas calmantes como Feliway. Aprovecha y rocía con el spray antiestrés la manta.
- Si acostumbramos a nuestro gato a cortos paseos en coche (o simplemente en el transportín, si vamos andando al veterinario), la salida del hogar será mucho menos traumática para él. Sí solo usamos el transportín y sólo salimos de casa con el gato para ir al veterinario, sabrá lo que se espera y puede ponerse a la «defensiva» (mostrándose arisco, huidizo, irritable…).
- Si no hay forma de que entre él solo en el transportín, envuélvelo con una manta rociada con Feliway y mételo tú mismo.
- Si vas a viajar en coche, sujeta el transportín debidamente con los sistemas de seguridad (cinturón) y cúbrelo con una toalla u otra manta. Si además puedes ir hablando a tu gato, eso le tranquilizará.
- Cuando llegues a tu destino y bajes el transportín del coche no lo lleves del asa a la altura de tus piernas. Intenta llevarlo a la altura de tu tronco. Con una mano en el asa y la otra bajo el transportín. Así se sentirá más seguro, se moverá menos y será más parecido a si lo llevases tú mismo en brazos.
- Cuando llegues a la sala de espera de la consulta del veterinario pon el transportín en un lugar en el que tu gato te vea. Si hay sitio y puedes colocarlo a tu altura, aún mejor.
- Repite todo el proceso para la vuelta a casa. No escatimes esfuerzos para que se sienta seguro en la vuelta al hogar. Hay que minimizar el estrés asociado al transportín y a salir de casa. No nos demos por satisfechos al salir de la consulta. Porque podrías arrepentirte en la siguiente ocasión en que tengas que llevarlo si la vuelta es muy agitada para él.
- *Muy importante si tenemos más gatos en casa: Al llegar de vuelta al hogar, si convivimos con más gatos, es muy importante que éstos estén totalmente tranquilos antes de sacar a nuestro gato del transportín. Si no es así, puedes mantenerlo aislado del resto hasta 24 horas. Hay que tratar de evitar el rechazo de los otros gatos. Porque puede ser traumático para el animal. No lo saques hasta que se muestren totalmente calmados.

Excelente información a cerca de los mininos