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Qué gato elegir si tengo niños pequeños en casa

La entrada de un nuevo animal en la familia cuando hay niños pequeños es un tema delicado. No sólo se deben tener en cuenta factores como la raza, la edad o la compatibilidad entre niños y gato, sino que también deben valorarse opciones previas como la “acogida” para saber si nuestro hijo/a está preparado para la responsabilidad de cuidar un animal.

qué gato elegir con niños pequeños en casa

¿Cómo influyen los gatos en los niños?

Son muchos los amantes de los felinos a los que les surgen dudas a la hora de incorporar un gato a su familia cuando existen niños en casa, y seguramente cuando se esté valorando la opción muchas serán las voces alertando de lo peligroso que puede ser que un niño pequeño conviva con un gato.

De entrada, los felinos domésticos no son más peligrosos que cualquier otro animal. Los gatos son mascotas dulces y sensibles que forman un vínculo muy intenso con sus dueños y parecen ser capaces de entender que los niños no se comportan ni comprenden las cosas como los adultos, llegando a desarrollar una paciencia infinita con ellos.

Aunque cualquier niño puede convivir con un felino, ambas partes -y no sólo el gato- deben ser educados para llevar la situación a buen puerto. Al felino se le debe enseñar a jugar de forma suave y a no morder o arañar, los menores deben aprender a relacionarse con el animal y respetarle a él y su espacio para evitar conflictos.

¿Qué gatos son recomendables para niños?

A la hora de escoger un gato debemos tener en cuenta varios detalles. El primero es la raza. Aunque todas las razas son compatibles con las personas, hay algunas que se adaptan mejor que otras a convivir con niños. Por ejemplo, el Maine Coon o el Ragdoll son gatos especialmente tranquilos y sociables, lo que facilita la adaptación.

La edad es también un factor a tener en cuenta. En este sentido hay dos opciones. Para los niños más mayores los cachorros pueden ser una buena elección, ya que aprenderán a criar un animal y a crear un vínculo muy fuerte con la mascota.

Y si los niños son pequeños es mejor valorar la opción de adoptar un animal adulto acostumbrado a vivir en familia. Los ejemplares adultos son más tranquilos, están educados, son menos bruscos en los juegos y más delicados, lo que evitará posibles accidentes cuando los menores jueguen con su nuevo compañero.

Antes de tomar una decisión definitiva, para aquellas familias que tengan dudas, existe la opción de ejercer de casa de acogida. Esto significa cuidar al animal durante un tiempo antes de formalizar la adopción. Es una buena manera de valorar el carácter del menor y ver de primera mano si entiende cómo debe comportarse con el gato.

Hay que recordar que, aunque algunas personas recomiendan la desungulación en los gatos que conviven con niños, esta práctica no está permitida por la legislación animal actual y además está contraindicada, porque puede generar cambios de carácter por el dolor crónico asociado, haciendo que los gatos pasen a morder como método de defensa.

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