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Qué pasa si le cortas los bigotes a un gato

Los gatos perciben gran cantidad de información a través de los bigotes. Estos pelos, especialmente engrosados para disponer de mayor rigidez que el resto de pelaje, les sirven para calcular el tamaño de algunos huecos, la velocidad y dirección del viento y otras informaciones útiles para su vida como cazadores. Cortarlos no les hace daño pero limita su capacidad de interactuar con el entorno y los vuelve más vulnerables.

 

bigotes gato

 

 

 

¿Qué pasa si se le corta el bigote al gato?

Entonces ¿qué ocurre si corto los bigotes a un gato? Aunque sean más duros que el pelo normal se pueden cortar y no le supone ningún tipo de dolor al animal, ni durante ni después del corte.

En los perros, por ejemplo, esta práctica es habitual durante los cortes de pelo y de hecho los gatos también mudan los bigotes periódicamente.

El problema es que cortándolos reducimos la interacción del animal con el entorno, ya que el felino tiene menos información. Por eso se vuelven reacios a pasar por lugares estrechos al no poder calcular el ancho con exactitud.

Aunque es cierto que los bigotes pueden cortarse sin riesgo para la salud de nuestra mascota, no debemos olvidar que los felinos son cazadores sigilosos que disfrutan subiendo por las alturas y pasando por pequeños agujeros, por lo que especialmente si salen a la calle es preferible evitar el recorte o limitarlo a los bigotes dañados si fuera necesario.

 

¿Qué función tienen los bigotes en un gato?

Prácticamente todos los animales poseen pelos sensoriales. Se trata de pelos más gruesos que se insertan en una base rodeada de células sensoriales capaces de sentir la más mínima vibración o roce. Unos de los más visibles son los bigotes, muy desarrollados en todos los felinos y entre ellos el gato doméstico.

Su función es la de detectar objetos o movimientos alrededor del animal. Aunque en algunos ejemplares son cortos o rizados, especialmente en razas fruto de mutaciones o cruces, en la mayoría de gatos se trata de pelos largos y lisos que abarcan todo el ancho de la cabeza.

Su posición y tamaño permiten, por una parte, que los gatos sean capaces de medir orificios antes de meter la cabeza para no quedar atrapados. Por otro lado, con los bigotes los gatos detectan los más leves movimientos del ambiente, usándolos tanto para la caza como para desplazarse y saltar.

A pesar de lo que pueda parecer, a excepción del grosor la estructura de los bigotes es igual a la del resto de pelos. Lógicamente al ser más gruesos tienen mayor rigidez y eso les permite cumplir con su función sin doblarse o moverse fácilmente.

El secreto de su enorme sensibilidad está en la raíz que se inserta en la epidermis, concretamente en unos folículos repletos de células sensoriales que son las encargadas de detectar los movimientos y roces y de transmitir la correspondiente señal al cerebro, donde estas señales son analizadas transformándose en datos como el ancho de un paso o la velocidad y dirección del viento.

 

 

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