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Problemas de orina en perros

La aparición de ciertas alteraciones urinarias puede significar la presencia de algunas enfermedades graves en nuestro perro. Para descartarlas debemos acudir con la mayor rapidez al veterinario y realizar las pruebas pertinentes para minimizar los efectos de estos trastornos urinarios, que pueden ocasionar serias molestias a nuestro perro y desembocar en problemas más complejos.

¿Cómo es la orina del perro?

Para los propietarios es complicado valorar los síntomas anormales que pueden presentar nuestros perros, ya que la costumbre hace que no advirtamos cambios en su manera de orinar, por ejemplo, de forma que cuando detectemos el problema ya sea muy evidente y por lo tanto avanzado.

Cualquier problema al orinar puede indicar algún trastorno en los riñones, por lo que es de vital importancia para nuestra mascota advertir los síntomas rápidamente para así evitar o frenar problemas mayores. Estos síntomas son variados aunque bastante evidentes. El primero que puedes advertir es que tu animal necesita más tiempo para orinar, llevando asociados espasmos o chorros de distinta presión, o momentos al inicio de la micción en los que únicamente salen gotas sueltas.

¿Cuántas veces es normal que un perro orine?

La recomendación es sacar al perro al menos una vez cada hora para evitar accidentes. Por otro lado, el primer cambio en el comportamiento puede ser una alteración en la cantidad de agua que nuestro perro ingiere y al mismo tiempo un cambio en su patrón de orina. Este cambio puede generar más micciones durante el día, aunque quizás notes también lo contrario y la eliminación de orina se reduzca.

¿Qué hago si mi perro no hace pis?

El signo más grave es, sin duda, la incapacidad para orinar. Si advertimos que nuestro perro lleva un periodo largo de tiempo sin orinar, notamos que se queja al intentarlo o vierte sangre en la orina, es importante llevarlo a la mayor brevedad al veterinario.

¿Cómo se sabe si un perro tiene infección de orina?

Una vez allí se le someterá a una batería de pruebas para determinar el origen de la dolencia. Normalmente se necesitará un análisis de sangre (para determinar si existen problemas de riñón), un análisis de orina (con este se buscará la presencia de cristales o infecciones urinarias) y posiblemente una ecografía para comprobar si existen piedras o alteraciones en la próstata.

Con los resultados el veterinario podrá emitir un diagnóstico que con una alta probabilidad coincidirá con uno de los siguientes:

  • Alteraciones en el tracto urinario inferior. Es posible que exista una infección o inflamación en la vejiga o uretra o alguna obstrucción por la presencia de cristales o piedras que dificulte el paso de la orina.
  • Alteraciones del tracto genital. Una inflamación, tumor o abceso en la próstata o vagina pueden causar la obstrucción del sistema urinario por presión de los tejidos cercanos.
  • Disfunción de la vejiga. Un problema muscular puede originar fallos en la micción aunque su cantidad de orina sea normal. Esto generará evacuaciones discontinuas, chorros fino o pérdida de orina durante el paseo.
  • Insuficiencia renal. Se trata de un problema serio y bastante extendido, especialmente entre animales mayores. La pérdida de apetito o la aparición de síntomas como náuseas y vómitos acompañan a esta enfermedad. Suele venir acompañado de otros problemas asociados, como pérdida de peso, anemia o incremento de la ingesta de agua

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Análisis de orina en perros

Tomar muestras de orina de una mascota puede convertirse en una odisea si no sabemos cómo debemos hacerlo. Existen formas sencillas de obtenerlas, tanto en perros como en gatos, pero si nuestro animal es inquieto o asustadizo muy probablemente deberemos visitar al veterinario para que lo haga mediante sedación y empleando técnicas que tan sólo pueden realizarse en una clínica veterinaria.

Para detectar ciertos problemas de salud en nuestra mascota (infecciones, diabetes o presencia de cristales) es habitual que el veterinario nos recomiende realizar una analítica de orina. Aunque se trata de una prueba rutinaria, la obtención de la muestra puede convertirse en una odisea si no sabemos cómo hacerlo.

Lo primero que debemos tener en cuenta es que necesitamos un recipiente estéril. Aunque pueda parecer algo sin importancia, el uso de recipientes no aptos contribuirá a falsear ciertos datos debido a la presencia de sustancias contaminantes o bacterias que no proceden de la orina.

¿Cómo tomar una muestra de orina a un perro?

La mejor opción es adquirir en las farmacias o clínicas veterinarias un recipiente específico para muestras de orina, asegurándonos con ello de que exista la correcta esterilidad y que los materiales sean aptos para analíticas posteriores. Por otro lado, en el mercado existen cuñas adaptadas para perros que facilitan la recolección de la muestra de forma higiénica.

muestra de orina en perro

En el caso de los gatos la cosa se complica, ya que es raro el animal que lo hace delante de los propietarios o que permite que se acerque alguien mientras orina. Para estos animales existen arenas específicas para toma de muestras de orina. Este tipo de arena no absorbe el líquido y permite recogerlo después con una pipeta. Es imprescindible limpiar y desinfectar correctamente el arenero antes de usarla.

En aquellos animales en los que no es posible tomar la muestra, bien por su carácter o bien por su problema de salud, tenemos disponibles otras opciones. Se trata de alternativas más invasivas aunque ambas son totalmente seguras y prácticamente indoloras.

La primera posibilidad es el sondaje, usado principalmente en perros machos. Consiste en introducir una sonda a través del pene hasta la vejiga y así obtener la orina. Se puede hacer con el animal despierto si es un ejemplar tranquilo, aunque también puede utilizarse sedación si se trata de perros nerviosos o que muestran molestias durante el sondaje.

La segunda solución es la cistopunción. Consiste en obtener la muestra directamente de la vejiga mediante un pinchazo en la tripa y guiándose por ecografía. A pesar de lo que pueda parecer este procedimiento apenas causa molestias al animal.

Se trata de un proceso que tan solo dura unos pocos segundos y es la única forma de obtener una muestra de orina totalmente estéril, lo que puede ser muy útil en casos de ciertas cistitis en las que necesitamos saber con exactitud qué bacterias hay implicadas en el proceso.

¿Qué pasa si mi perro tiene cristales en la orina?

La aparición de cristales en la orina es un problema que afecta tanto a perros como a gatos. Aunque las causas que generan esta patología se pueden deber a diversas razones, todas tienen en común que pueden llegar a generar molestias y dañar el tracto urinario y otros órganos de forma grave. En aquellos animales que sufren este problema la dieta se vuelve un elemento fundamental para controlar su aparición o empeoramiento, sin olvidarnos de los controles veterinarios.

La anómala presencia de cristales en la orina es un problema relativamente frecuente en el mundo de las mascotas y las causas de esta patología, así como su nivel de gravedad, tienen diversa consideración.

cristales en la orina de perro

La forma más leve de este trastorno es la cristaluria, que es como los veterinarios denominan a la presencia de cristales microscópicos en la orina. Estos cristales pueden dañar la mucosa del tracto urinario causando infecciones, inflamación, hemorragias y dolor.

Por el contrario, la forma más grave es la urolitiasis, que consiste en la formación de acúmulos de cristales o piedras de mayor tamaño, que van desde pocos milímetros hasta varios centímetros. Estas piedras causan bastantes molestias y si alcanzan un tamaño suficiente pueden llegar a dañar gravemente los órganos.

Para diagnosticar la presencia de piedras la prueba más habitual es la ecografía, aunque en algunos casos también pueden detectarse casualmente en pruebas radiográficas realizadas durante chequeos rutinarios.

Para detectar los cristales es necesario realizar una analítica de orina para identificar qué tipo de cristal está causando el cuadro y cuál es la causa de su aparición.

¿Por qué se forman los cristales en la orina?

La aparición de cristales en el tracto urinario tiene diversas causas. La más habitual es la existencia de infección en la vejiga o el riñón. Esto se debe a que la orina tiene un pH (entre 6-7) que puede alterarse debido a la presencia de bacterias. Al modificarse este valor los cristales, que normalmente están disueltos, comienzan a depositarse.

Si la orina se vuelve más ácida comienzan a depositarse cristales de estruvita y cuando la orina se hace más alcalina se depositan cristales de oxalato cálcico. Este problema puede darse tanto en perros como en gatos en cualquiera de los dos sexos y a cualquier edad, aunque hay más incidencia en hembras en celo o animales inmunodeprimidos.

En gatos este tipo de cristales también pueden aparecer por una alteración del pH de la orina causada por la denominada cistitis idiopática felina (FLUTD). Es una enfermedad provocada por el estrés y que genera inflamación de la vejiga (cistitis) sin que medien bacterias. Aunque no se trata de una patología grave la presencia de cristales y piedras pueden agravar el cuadro.

Existen también cristalurias denominadas metabólicas. Es el caso de los cristales de urato sódico típicos de los dálmatas. Se deben a una deficiencia enzimática que hace que las rutas del metabolismo no puedan completarse y se acumule esta sustancia.

Esta circunstancia unida a una dieta inadecuada y a la poca ingesta de agua puede provocar que aparezcan piedras en el riñón y se produzca una enfermedad renal temprana.

Por último, otra de las causas de aparición de cristales o piedras en el tracto urinario de nuestras mascotas es el uso de ciertas medicaciones. La más frecuente es la aparición de cristales de xantina debido al uso de alopurinol en perros con leishmaniosis.

Esto hace que sea de gran importancia realizar controles periódicos de sangre y de orina en animales en tratamiento con este fármaco.

¿Cómo eliminar los cristales en la orina de perro?

El tratamiento para eliminar los cristales es muy diferente en función de la causa. Cuando el orígen es una infección bacteriana el tratamiento se basa en el uso de antibióticos para eliminar al patógeno. En ocasiones pueden ser necesarios antiinflamatorios para aliviar las molestias.

Cuando la causa es una cistitis idiopática felina el tratamiento va encaminado a controlar las posibles infecciones secundarias que complican el cuadro. Además, la reducción del estrés es fundamental con el uso de feromonas apaciguadoras felinas y enriquecimiento ambiental (juguetes interactivos, rascadores, miradores en ventanas, etc).

cristales en la orina de perros

Por otro lado, la dieta juega un papel fundamental a la hora de controlar los cristales en la orina. Actualmente hay piensos formulados para ayudar a disolver los cristales de estruvita y oxalato y también existen productos en jarabe o pasta que ayudan a aumentar o disminuir el pH de la orina.

En el caso de los cristales de urato no es posible prevenir su formación al deberse a una causa intrínseca, pero las dietas que eliminan los alimentos ricos en purinas ayudan a reducir la aparición de este problema, que requiere además de controles veterinarios periódicos.

En caso de haberse diagnosticado ya la presencia de piedras de gran tamaño la solución más habitual es la cirugía para extraer las que se localizan en la vejiga. Las piedras de menor tamaño que pasan a la uretra suelen ser expulsadas solas, aunque es importante controlar que no queden atrapadas provocando una urgencia por obstrucción urinaria.

El pronóstico en general es reservado, ya que las cistitis bacterianas pueden reaparecer y tanto el FLUTD como las deficiencias metabólicas no tienen cura, por lo que los animales que las padecen deberán seguir una dieta estricta, una suficiente ingesta de agua y usar protectores de la mucosa de la vejiga para reducir la reaparición de cristales y evitar la formación de piedras.

¿Qué es el Sinpis para perros?

Un químico asturiano, David Hevia, parece haber encontrado la fórmula para evitar nuestros animales de compañía orinen en fachadas y elementos del mobiliario urbano. Este producto -SinPis-, inocuo para las mascotas, provoca que los perros no orinen en los mismos lugares reduciendo con ello la corrosión y el deterioro de los elementos urbanos y además evita el empleo de sustancias químicas, como el azufre, sin cualidades repelentes y con un alto grado de toxicidad medioambiental.

Desde hace un tiempo el incremento del número de mascotas en las ciudades ha provocado que muchos ayuntamientos hayan declarado la guerra a las deposiciones caninas, llegando incluso a poner en marcha bancos de ADN perruno para identificar a los propietarios que no las recojan de la forma adecuada.

En el mismo sentido el orín canino supone también un quebradero de cabeza para muchas corporaciones municipales, comercios y comunidades de vecinos, dadas sus propiedades corrosivas y malos olores, para lo cual se exige que los dueños de perros lleven botellas de agua para limpiar en lo posible los orines de sus mascotas.

Con el fin de evitar este tipo de situaciones hasta hace poco tiempo era frecuente que algunas personas rociasen el entorno de sus casas o las piezas de mobiliario urbano con productos tan nocivos como el azufre. La mayor parte de las veces las sustancias empleadas no tienen ninguna acción repelente y por el contrario sí que pueden provocar situaciones de contaminación medioambiental e intoxicaciones en mascotas.

Con el objetivo de solucionar de forma saludable los problemas derivados del orín canino, el químico asturiano David Hevia ha puesto en marcha una empresa, Diecolpet, que ha desarrollado un novedoso producto “antiorines” que resulta inocuo para la salud de los animales y que nos ayuda en la lucha contra el deterioro del entorno urbano.

La primera idea de David Hevia fue interesarse por los repelentes que se comercializan en el mercado y que disuaden a nuestras mascotas a la hora de orinar en aquellos lugares donde se aplican los repelentes, pero consciente de la toxicidad de muchos de estos productos el siguiente paso fue montar un pequeño laboratorio donde comenzar a probar fórmulas con las que lograr una solución química que capaz de poner fin al problema del orín canino y que a la vez no ponga en riesgo el bienestar de nuestros perros.

De esta manera nació “SinPis”, un producto que al ser diluido en agua se puede pulverizar sobre cualquier superficie (tela, madera, metal, plástico, etc) disuadiendo a los perros de orinar en ese punto y eliminando con ello los problemas de corrosión, manchado y malos olores.

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