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Síndrome del riñón poliquístico – Enfermedad de gatos persas

El síndrome del riñón poliquístico es una enfermedad de origen hereditario que afecta de forma muy importante a la esperanza de vida de los gatos. Su evolución genera quistes que reducen la función renal, provocando que poco a poco las capacidades de filtración se reduzcan, exponiendo al organismo a sustancias tóxicas, como la urea, y generándose trastornos digestivos y nerviosos en función del nivel de afectación de los animales.

Gato persa Síndrome del riñón poliquístico

Como sucede en los humanos los riñones de los animales tienen la función de depurar de toxinas el organismo. De esta forma los riñones se encargan de filtrar la sangre extrayendo las sustancias de desecho procedentes del metabolismo.

Con ello se evita que se acumulen en el organismo y puedan causar diferentes trastornos, como ocurre por ejemplo con la urea, que puede provocar alteraciones en el cerebro si los niveles aumentan por encima de lo normal.

Además, en los riñones se produce la eritropoyetina, una hormona que a través de la sangre llega hasta la médula ósea y estimula la eritropoyesis, la producción de nuevos glóbulos rojos. Sin ella se produciría una anemia por falta de renovación de eritrocitos.

Los riñones, por tanto, tienen una función vital en el organismo a nivel depurativo y sanguíneo, por lo que su correcto funcionamiento es imprescindible para que otros sistemas importantes -circulatorio o nervioso- puedan continuar con su actividad normal.

Estos órganos están divididos en tres partes. La central es la pelvis renal, que se une con el uréter para llevar la orina hacia la vejiga. La capa interna es la médula y la más externa, donde se encuentran las unidades de filtración o nefronas, es la corteza.

Qué es el riñón poliquístico

En gatos se denomina riñón poliquístico a la formación de numerosas vesículas llenas de líquido, que aparecen principalmente en la corteza renal y en la médula. Con el paso del tiempo estas estructuras aumentan de tamaño haciendo que el órgano se deforme y pierda su estructura normal.

Un quiste renal pueden aparecer por una causa hereditaria o sin un motivo claro. Sin embargo, hablamos de síndrome del riñón poliquístico (PKD) cuando el número de estas estructuras es elevado y existe una causa congénita, tratándose de una enfermedad hereditaria donde los quistes están presentes desde el nacimiento del gato.

Aunque este síndrome puede aparecer en casi cualquier raza, es cierto que existe una predisposición en gatos persas y exóticos de pelo corto. De hecho estas razas constituyen más del 90% de los gatos diagnosticados por esta patología y se considera, por tanto, una enfermedad a tener en cuenta cuando se adquiere uno de estos felinos.

La forma en que actúa la enfermedad es relativamente sencilla. Desde su nacimiento los gatos con PKD ya presentan en sus riñones quistes de tamaño microscópico y con el paso del tiempo estos quistes crecen hasta alcanzar varios centímetros. Esto hace que poco a poco se pierda tejido renal normal que es sustituido por líquido, provocando con ello que la capacidad de filtración vaya disminuyendo progresivamente.

Las unidades de filtración van muriendo pero durante los primeros meses o años de vida las nefronas sanas son capaces de compensar esta pérdida aumentando su tamaño. Conforme más nefronas van desapareciendo las supervivientes aumentan su capacidad de filtración hasta que el riñón dañado supera el 75% del total.

En este punto la capacidad compensatoria del riñón no es suficiente y se produce una insuficiencia renal. Debido a esto comienzan a acumularse sustancias tóxicas en la sangre.

El factor hereditario

Este síndrome está causado por la mutación de un gen dominante, es decir, que un animal que tenga un gen mutado siempre desarrolla la enfermedad (no hay portadores) y la transmite a todos sus descendientes.

Cuando ambos progenitores son portadores de ese gen los cachorros heredan dos genes mutados, dando lugar a un cuadro muy grave que hace que fallezcan antes del nacimiento. Por tanto se sabe que los gatos enfermos tienen un gen mutado y un gen normal.

Síntomas y tratamiento

Los síntomas se deben por tanto a la insuficiencia renal y abarcan desde problemas digestivos, como vómitos, gastritis, diarrea, etc, hasta signos más graves como alteraciones nerviosas (ceguera, coma, etc).

La evolución y la esperanza de vida varían enormemente entre animales. La mayoría tienen una vida normal hasta los 8-12 años, cuando aparece la insuficiencia renal. Hay un porcentaje de gatos con una evolución rápida que fallecen antes de los 3-5 años y existe un pequeñísimo grupo donde los quistes son muy escasos, pequeños y de evolución lenta.

Debido a que suele dar síntomas a edades avanzadas muchos de estos gatos han ejercido como reproductores, provocando que la enfermedad se extienda. Actualmente, los criadores de razas con predisposición a sufrir PKD realizan controles ecográficos y test genéticos a sus animales para lograr una detección temprana de la mutación y evitar criar con animales enfermos.

No existe ningún tratamiento eficaz contra el PKD, aunque hay fármacos que pueden ralentizar el avance del daño renal, proteger los riñones e incluso reducir los niveles de ciertos tóxicos en la sangre, aunque lo más habitual en las fases avanzadas es el tratamiento sintomático para aliviar posibles molestias y complicaciones.

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