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La genética y su influencia en la elección de tener perro

La elección de tener o no una mascota canina está condicionada por los genes que poseemos. Esa es la conclusión de una investigación por parte de científicos que aseguran que el deseo de ser propietario de un perro podría ‘heredarse’.

Chico juega con su perro

Una investigación por parte de científicos suecos ha recopilado información de una base de datos de 35.035 pares de gemelos idénticos del registro sueco con el objetivo de comprobar si la variante genética podría estar relacionada con la elección de tener una mascota canina.

Los resultados del estudio publicado en la revista Scientific Reports han confirmado los presagios de estos investigadores puesto que, según indican, en más de la mitad de los casos la variante genética está relacionada con tener perros como animales de compañía. Esto implicaría que el deseo o elección de convivir con un perro dependería de nuestra composición genética. Una decisión que también estaría influenciada por los beneficios o efectos sanadores que supone compartir nuestro día a día con animales domésticos, y con perros en concreto.

Tove Fall, la autora que encabeza la investigación, además de profesora de Epidemiología Molecular en el Departamento de Ciencias Médicas y el Laboratorio de Ciencias para la Vida de la Universidad de Uppsala, señala la “sorpresa“ del equipo de científicos al comprobar que la composición genética de alguien “parece tener una influencia significativa en si posee un perro“. Además, Fall reconoce las “implicaciones importantes“ de estos hallazgos en la interacción perro-humano, que lleva siendo parte de la historia desde hace más de 15.000 años.

Fall insiste también en que a pesar de que los perros y otras mascotas “son miembros comunes de la familia en todo el mundo, poco se sabe de cómo influyen en nuestra vida diaria y nuestra salud“. Y se refiere por tanto a que algunas personas “quizás tienen una mayor propensión innata a cuidar de una mascota“, en comparación con otras.

Por su parte, la coautora del estudio y profesora de interacción entre humanos y animales en la Universidad de Liverpool Carri Westgarth, ha destacado la importancia de estas conclusiones en lo que respecta a los supuestos beneficios para la salud que otras investigaciones indican que conlleva la convivencia con mascotas, puesto que estarían relacionados con los genes de los propietarios de perros.

Patrik Magnusso, autor también del proyecto y Jefe del Registro Sueco de Gemelos, aclara que “este tipo de estudios de gemelos no nos pueden decir exactamente qué genes están involucrados, pero sí demuestran por primera vez que la genética y el ambiente juegan roles iguales en la determinación de la propiedad de perros“. Magnusso especifica que el próximo paso debe ser “tratar de identificar qué variantes genéticas afectan a esta elección y cómo se relacionan con los rasgos de personalidad y otros factores, como la alergia“.

Por último, el coautor de la investigación y zooarqueólogo Keith Dobney hace referencia al avance de la misma en lo que respecta a la comprensión de la historia de la domesticación de los perros. Una realidad en la actualidad gracias a la ayuda de los datos genéticos que pueden ser estudiados para conocer “por qué y cómo“ los perros entraron en el mundo humano.

El hecho de estudiar gemelos para estudiar el entorno y los genes del ser humano no es nuevo. En este caso, se toma como referencia que los gemelos completos comparten su genoma completo, mientras que los no idénticos sólo la mitad. En lo que respecta a la tenencia de perros, el estudio comprobó que la tasa de ésta era más elevada en el grupo de gemelos idénticos que en los que no lo son, lo que confirmaría la importancia del papel de los genes en el hecho de optar por convivir con canes.

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